La hernia discal lumbar es uno de los problemas de espalda más temidos y cada vez más frecuentes, ¿pero sabemos de qué hablamos? En este post os vamos a sacar de dudas.
¿Qué es la hernia discal lumbar?
Antes de centrarnos en la hernia discal lumbar, vamos a indagar un poco sobre otro término que nos será de gran ayuda. Nos referimos al disco intervertebral. Se trata de los tejidos que se encuentran entre los huesos de la columna vertebral. Estos discos hacen la función de amortiguador y controlan el movimiento de la vértebra.
El disco intervertebral se compone de un centro blando gelatinoso y de una base exterior más sólida que lo protege. Cuando esta base se rasga, el centro gelatinoso hace presión, lo que conlleva al dolor lumbar.
La hernia discal lumbar por tanto, es una enfermedad que afecta al disco intervertebral, que se desplaza hacia la raíz nerviosa generando un intenso dolor.
Causas
La causa más habitual de la hernia disco lumbar es el envejecimiento de la columna. A medida que nos hacemos mayores, los huesos se van debilitando, perdiendo elasticidad y flexibilidad, generando desgaste. Los espacios entre las vertebras se reducen, y los discos se rasgan. A este proceso se le llama degeneración del disco.
La hernia disco lumbar es una enfermedad que cada vez es más común en el mundo actual. Alrededor de entre un 60% y 80% de las personas han sufrido dolor lumbar alguna vez en su vida. Paradójicamente, a pesar de que disfrutamos de mayores comodidades que nuestros antepasados, hoy en día es más habitual ver a personas con problemas de espalda.
Este hecho llama bastante la atención, pues a lo largo de los años, sus causas se han relacionado con actividades que requieren esfuerzos físicos. Sin embargo, podemos decir que esta tendencia que está cambiando. Por ejemplo, llevar un ritmo de vida sedentario es tan nocivo para la columna como cargar objetos muy pesados.
Otras causas son:
- Sufrir de sobrepeso.
- Sufrir una caída, resbalón, accidente de tráfico…
- Cargar pesos inadecuadamente.
- Realizar actividades repetitivas que fuerzan la columna.
- Conducir durante muchas horas seguidas todos los días.
- Estilo de vida sedentario.
- Estar de sentado o de pie durante un tiempo muy prolongado.
- Ciertas posturas como sentarse mal.
- Mal funcionamiento visceral.
- Una mala alimentación.
En la mayoría de los casos, creemos que las hernias la producen los esfuerzos físicos. Sin embargo, este puede ser el último factor que ha colmado el vaso. Pues un ritmo de vida sedentario o un mal funcionamiento visceral suelen ir llenando el vaso poco a poco hasta que al hacer un mínimo esfuerzo este explota. Y como es habitual, echamos la culpa al último factor desencadenante.
Síntomas
En la mayoría de los casos, el dolor lumbar suele ser el síntoma principal. Ello a su vez puede provocar dolor de cuello, hombros y entumecimiento de pies y manos. En general, los síntomas suelen ser los siguientes:
- Pérdida de fuerza en las piernas.
- Dolores en la parte posterior de las piernas.
- Cosquilleo.
- Perdida de sensibilidad.
- Tirantez y tensión intensa en toda la musculatura posterior del muslo e incluso del gemelo.
- Dolores en la planta del pie o en la zona del tobillo.
Normalmente, cuando se presenta más dolor, se considera que la hernia discal es más grave, con la consecuencia de que se necesite intervención quirúrgica.
Si quieres saber más sobre la hernia discal lumbar no dudes en ponerte en contacto con nosotros.